Translate

martes, 23 de febrero de 2010

Qin Shi Huang el unificador



    En los tiempos en los que ocurrió esta historia siete estados feudales constituían “La totalidad Del Mundo”, Han, Zhao, Yan, Wei, Chu, Qi y Qin (que se pronuncia “chin”). Era el periodo de “Los reinos combatientes”, cuando estos estados vivían en una guerra feroz y constante, los unos contra los otros.

     Zichu, un príncipe de la casa real de Qin, permanecía entonces como rehén en Hadan, capital del estado enemigo de Zhao, pero su buen amigo y rico comerciante Lü Buwey le ayudó a escapar de su cautiverio. Los confucianos dicen que Lü Buwey le regaló entonces una concubina embarazada, aunque no se sabe cierto si son sólo habladurías. Lo que si se sabe bien es que Zichu, después de regresar a su reino y hacerse con el mandato tuvo un heredero, el pequeño Zheng, príncipe del estado de Qin.
    Zheng, hijo de una concubina, de una reina, de un mercader o de un príncipe, nació en el invierno del año 260 a.c. en un mundo inseguro, en una guerra constante que no parecía tener fin. A los trece años subió al trono y paso a ser el Rey de Qin bajo regencia. A los 21 planificó un golpe en el palacio y se hizo con todo el poder. Exilió a su regente Lü Buwey (el antiguo amigo de su padre y supuestamente quien lo concibió realmente), encerró a su madre, mató al amante de ésta y a los hijos que ambos tuvieron (sus hermanastros) y comenzó una campaña bélica con el objetivo de unificar toda la tierra bajo el sol.
    Su reino tenía un ejército poderoso y el Rey, además de ser un gran estratega, se supo asesorar por sus oficiales. A los 23 años inició una gran guerra contra los otros estados y en 12 años el reino de Qin albergó todo el territorio de lo que es la actual China. Este hecho único y sin precedentes lo llevó, con 38 años, a autoproclamarse “Huangdi de Qin” traducido pobremente como Primer emperador de Qin. El nuevo título “Huangdi” estaba compuesto por dos palabras, Huang que significaba “augusto”, “grande” o “magnífico” y Di que significaba “soberano” y que hacia referencia también al Dios supremo de los cielos, el creador del mundo. El Primer Emperador de China o Qin Shi Huang fue consciente de que el hecho de seguir llamándose Rey de Qin no reflejaba la magnificencia de su estatus real y por eso creó él mismo su nuevo nombre, el que esperaba fuera también el de sus sucesores por diez mil generaciones pero su segundo hijo y sucesor murió a los cuatro años de ser emperador a manos de una revuelta campesina que quemó el palacio imperial y los archivos del estado, y el reino volvió a dividirse en estados feudales.
    Qin Shi Huang ha sido lapidado y venerado a través de los sucesivos gobiernos chinos y visto con distintos ojos por diversos historiadores con el pasar de los siglos. Unificó la moneda, las medidas, los pesos y el idioma. Creó una nueva escritura y con ella mandó esculpir unos edictos en las montañas sagradas con los que notificaba a los cielos de su gran poder. Dividió el imperio en 36 provincias dirigidas por gobernadores elegidos directamente por el emperador. Construyó una extensa red de canales y caminos para facilitar el comercio entre provincias y acelerar el acceso de tropas en caso de insurrecciones. Instauró un sistema legal contrario al antiguo sistema feudal. Fue el precursor de la Gran Muralla China. De todo esto se benefició más tarde la dinastía Han cuando logró volver a unificar el imperio, y el resto de dinastías y gobiernos que le siguieron.
    Por otra parte gastó muchísimos recursos, económicos y humanos, en construirse palacios y el colosal mausoleo donde descansan sus restos. Vivió obsesionado con encontrar el secreto de la vida eterna, por lo que mandó expediciones , cargadas de jóvenes y niños, en busca del secreto de la inmortalidad a las lejanas islas de oriente. Después de varios atentados, acabó aterrado por su posible asesinato y tomó costosas medidas al respecto, como proporcionarse una guardia personal invencible, estar viajando constantemente, establecerse una rutina que le mantenía alejado de las miradas ajenas, colocarse dobles, y lo más estrambótico, contratar un grupo de sirvientes encargados de trasladar varias veces su cuerpo dormido a distintos edificios de su palacio cada noche.
 Se dice que fue un tirano, brutal y supersticioso, que asesinó, torturó y sometió a trabajos forzados a millones de personas durante su reinado, y que sus leyes eran tan duras que la muralla china, sus palacios y su mausoleo fueron construidos mayoritariamente por sus reos. 
    En la película “Hero”, se muestra la disconformidad de las gentes de la época con su tiranía, y la historia gira en torno a un intento de asesinato por parte del mejor espadachín del reino. Cuando el asesino lo tiene al alcance, finalmente, desiste de cometer el regicidio por unas palabras que le dice el emperador. No las recuerdo exactamente pero era algo así como:
“Todo lo hice por el pueblo. La única forma de terminar con el sufrimiento constante que generaban las guerras entre estados era unificándolos en un gran imperio, y si muero o soy derrotado por mis enemigos, volverán las guerras y el sufrimiento.”
(Si alguien se ofrece a pasarme una transcripción de las palabras exactas se lo agradecería)
  
    A mi no me es posible juzgarlo como hombre, pues hizo grandes cosas, unas magníficas y otras terribles, hazlo tú mism@ si quieres.

Mas información sobre los guerreros de terracota aquí.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario